La ansiedad se ha convertido en un tema crucial en el entorno laboral. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 264 millones de personas sufren trastornos de ansiedad a nivel global, lo que afecta no solo a su vida personal, sino también a su rendimiento profesional.
Ante esta situación, es fundamental encontrar maneras de gestionar la ansiedad. En este artículo, abordaremos qué es la ansiedad, sus síntomas y, lo más importante, estrategias efectivas para gestionarla en el trabajo.
La ansiedad en el trabajo: ¿Un problema común?
La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de estrés, y en el trabajo, puede surgir por diversas razones: plazos ajustados, alta carga de trabajo o conflictos interpersonales. Aunque es normal sentir ansiedad ocasionalmente, cuando se convierte en algo crónico, puede obstaculizar la productividad y el bienestar laboral.
Síntomas
La ansiedad se puede manifestar de diversas formas, tanto a nivel físico como emocional. Reconocer los síntomas es un paso importante para poder conseguir una estrategia efectiva y encontrar el camino hacia tu bienestar.
Síntomas físicos:
- Aumento del ritmo cardiaco: Puede provocar una aceleración del corazón, lo que puede dificultar la concentración en tareas. Esto puede ocurrir en momentos de estrés o incluso sin un motivo claro. Practicar técnicas de respiración puede ayudar a controlar el ritmo cardiaco.
- Tensión muscular: La tensión acumulada puede ser liberada incorporando estiramientos durante la jornada laboral.
- Fatiga: A veces a pesar de descansar adecuadamente puedes sentir que tu energía se agota. Establecer una rutina para dormir y tener un sueño regular puede ayudarte a combatir la fatiga y mejorar tu rendimiento diario.
Síntomas emocionales:
- Inquietud: La inquietud es una sensación común en la ansiedad. Practicar ejercicios de meditación puede ayudar a calmar la mente y reducir la inquietud.
- Dificultad para concentrarse: La mente puede estar ocupada con pensamientos ansiosos, establecer periodos de trabajo concentrado, seguidos de breves descansos (técnica Pomodoro), puede ayudarte a mejorar la productividad.
Causas
Las causas de la ansiedad pueden variar de una persona a otra, algunas de las causas más comunes de la ansiedad son:
- Factores genéticos: Si tienes familiares cercanos que sufren de trastornos de ansiedad, es más probable que tú también experimentes síntomas similares.
- Experiencias traumáticas: Los eventos traumáticos, como la pérdida de un ser querido, accidentes o situaciones de violencia.
- Estrés crónico: La duración prolongada a situaciones estresantes, como cumplir plazos o manejar conflictos laborales.
- Condiciones de salud: Algunas patologías médicas, como enfermedades cardiacas, trastornos respiratorios o problemas hormonales, pueden llevar a la ansiedad.
- Estilo de vida: El consumo excesivo de cafeína, alcohol o drogas reactivas, pueden agravar los síntomas de ansiedad.
- Trastornos mentales: A menudo va ligado a otros trastornos mentales, como estados de ánimo o trastornos de personalidad.
- Fobias específicas: Son miedos intensos hacia objetos o situaciones específicas.
Estrategias para manejar
- Ejercicio regular: La actividad física libera endorfinas, que son conocidas por mejorar el estado de ánimo.
- Técnicas de respiración: Pueden ayudarte a calmar la mente y reducir la ansiedad en momentos de alta presión.
- Conexión social: Fomentar un ambiente de apoyo donde los empleados se sientan cómodos compartiendo sus preocupaciones puede ser beneficioso.
- Establecer una rutina: La creación de rutinas laborales puede proporcionar una sensación de control y normalidad en medio de la incertidumbre.
- Formación continua: Es una estrategia muy efectiva para manejar la ansiedad. Cuando enfocamos nuestros esfuerzos en una tarea, distraemos la ansiedad.
Un camino hacia el bienestar laboral
Enfrentar la ansiedad puede ser un proceso desafiante, pero con las herramientas y estrategias adecuadas, es posible aprender a manejarla. La clave es experimentar con diferentes enfoques hasta encontrar lo que mejor se adapte a ti.
Además, si estás buscando maneras de seguir adelante, considera invertir en tu desarrollo personal a través de actividades provechosas (practicar un deporte, realizar un curso, emprender un proyecto personal, etc.). Aprender algo nuevo no sólo distraerá tu mente, sino que también te abrirá puertas a nuevas oportunidades y perspectivas.
Recuerda:
“Las dificultades a menudo preparan a las personas comunes para un destino extraordinario.”-C.S Lewis.
Recursos utilizados: